Año: 2005-2007
Superficie: 20.000 m2.
Arquitectos:
Rafael Casado Martínez
Antonio J. Herrero Elordi
Jefes de Proyecto:
Juan Suárez Ávila
José Luis Pérez Halcón
1er Premio del Concurso público convocado por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
1er Premio en los “IX Premios de Arquitectura de ladrillo” convocados por la Asociación española de fabricantes de productos cerámicos Hispalyt, a la mejor fachada cerámica.
La construcción del Centro de Salud responde estrictamente al programa funcional de un centro asistencial público. Tratando de resolver con eficacia la serie de requisitos utilitarios y sanitarios detallados en las normas y recomendaciones del Servicio Andaluz de Salud, mantenemos una intención concreta, al entender que la obra pública debe tener carácter de referencia.
El solar, con una ligera pendiente , tiene unas dimensiones de treinta por treinta metros. Está ubicado en un vacío rodeado completamente por torres de viviendas que con su fuerte presencia anularían cualquier actuación débil. Al estar situado en el centro de un amplio espacio desocupado, se encuentra expuesto a una gran radiación solar. Esta situación genera el sentido de protección y hermetismo que formalmente le hemos dado.
Entendíamos que se necesitaba una acción radical, una propuesta revitalizadora que supusiera un revulsivo urbano en un espacio residual, muy degradado, al haberse convertido, lo que en principio iba a ser un elemento central de ordenación de las viviendas que lo rodean, en una trasera de edificio utilizada como caótico aparcamiento Para ello dos gestos fueron decisivos: acotar en el centro de ese espacio amorfo un recinto de privacidad y colocar dentro de su perímetro, un enorme prisma visualmente muy pesante, que resplandece y se encuentra perforado y parecer flotar. La envolvente brillante, cerámica y vítrea, con sus perforaciones, recuerda celosías vinculadas a la tradición islámica, palomares ó secaderos de tabaco.
Nos adentramos en su interior atravesando un ámbito etéreo. La entrada controla y depura una noción de fluidez, tan material como inmaterial, rostro visible de continuidad. El gran vacío alrededor del cual se organiza el Centro de Salud, se eleva hasta la cubierta, ordenando las funciones del edificio, visibles a golpe de vista y oxigenando los lugares de espera.
Este espacio es receptáculo de energía. Todo queda iluminado desde lucernarios superiores y a través de la celosía envolvente, que se vuelve más permeable en los puntos donde se precisa mayor cantidad de luz, y resulta visible al fondo de todos los pasillos y de cada una de las consultas.